Estos, los políticos, tiene una cara
que se la pisan.
Antonio Fernández cuando fue enviado a
la cárcel, por su “presunta” participación en los regalos a las
empresas de los amiguetes, era presidente del Consejo Regulador de
Jerez. En su momento dimitió, verbalmente, de su cargo, pero eso no
era legal, tenía que hacerlo por escrito.
El Consejo Regulador estuvo esperando
el escrito durante un mes, pero este no llegó, así que se vio forzado,
por Fernández, a cesarlo.
Sería una maniobra de este señor para
poder después pedir una indemnización por despido? Los políticos
son unos caraduras impresionantes, así que no me extraña que dijera
que iba a dimitir y no hacerlo para después pedir lo que está
pidiendo ahora, dinero, dinero y dinero.
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