martes, 15 de enero de 2013

Un tal Antonio Fernández.

Estos, los políticos, tiene una cara que se la pisan.
Antonio Fernández cuando fue enviado a la cárcel, por su “presunta” participación en los regalos a las empresas de los amiguetes, era presidente del Consejo Regulador de Jerez. En su momento dimitió, verbalmente, de su cargo, pero eso no era legal, tenía que hacerlo por escrito.
El Consejo Regulador estuvo esperando el escrito durante un mes, pero este no llegó, así que se vio forzado, por Fernández, a cesarlo.
Sería una maniobra de este señor para poder después pedir una indemnización por despido? Los políticos son unos caraduras impresionantes, así que no me extraña que dijera que iba a dimitir y no hacerlo para después pedir lo que está pidiendo ahora, dinero, dinero y dinero.

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